Rostros, diversión y facetas de la niñez en un sector marginal de Ciudad Bolívar.
- Odan Acero
- 25 oct 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 26 oct 2018

El poder sentir lo que expresa la otra persona es poder tener afinidad con cada uno de los elementos de comunicación que utiliza ese otro para poder manifestar su acometido. Lograr reconocer un rostro, una expresión o una faceta de un desconocido es sentirse e identificarse con la otra persona que tiene o posee una actitud y un estado de anonimidad. Los más de 500 niños entre los 8 y 11 años que viven en zona de vulnerabilidad de Santa Marta y Alpes en Ciudad Bolívar hacen parte de las caras anónimas que lanzamos por el barranco del olvido, donde la identificación social de tales personas queda reducida a cifras y gráficas que obedecen al sin sentir de quienes los vemos desde el otro lado de la ciudad y los necesitamos para poder plantear un estatus de moral y desarrollo. Tal cual sociedad liquida planteada por Bauman en “Modernidad liquida” donde las relaciones y los vínculos humanos quedan reducidos a actos banales que son permitidos por la posmodernidad.
Tal tipo de sociedad brinda caracterizaciones causales donde según tus comportamientos, hábitos y cuestiones que no son decisiones propias como el lugar donde se nace, padres, condiciones económicas, etc. marcan lazos entre pobreza y capacidad cognitiva; tristeza y falta de dinero; infancia y sufrimiento; y emociones positivas y elementos materiales. Explorar la identidad individual de cada uno de estos niños es la razón de que esta exposición de rostros y momentos des-categoriza y desasocia estos señalamientos. Mariana, Carlos, Manuel, Empera, María Ángel, Santiago y José (hasta ahora) son algunos son los nombres de los niños que dan vida a esta muestra de sensibilidad y emoción que hace parte del diario vivir de la infancia de Santa Marta y Alpes. El fin primero de estas imágenes es desmarcar esa línea que se dibuja mentalmente de los elementos causales ya nombrados. Dar nombres, datos relacionados a las fotos y contexto sobre cuáles son las condiciones en las que debemos pensarnos son necesarios para no juzgar y acentuar las diferencias sociales.
Cuando se llega a un estado de auto reconocimiento se ha pasado por la etapa de reconocer al otro como un igual, sin pensar en que las condiciones en las que se encuentran hacen su vida menos o más agraciada. Ser niño es cuestionar nociones planteadas y calificativas interpuestas por los adultos. El replanteamiento de las cuestiones de la niñez es la reapropiación expuesta por cada uno de los rostros de este proyecto fotográfico. El replanteamiento de los “sectores marginales” es la forma de vincular espacios geográficos determinados por la tenencia de dinero. Reducir las diferencias que ha marcado la historia es la razón de ser niño. Jugar, sonreír, comer son las acciones que hacen que en las cabezas de los niños no existan límites. Un botón para la muestra, un niño con el deseo de mostrar qué es ser niño.
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